Como os conté en el post Un jardín en casa (1),
a la vuelta del verano compré un par de plantas de albahaca en fronda. Bueno, pues ya me encuentro en
condiciones de aseguraros que crece estupendamente y que si os hacéis con una
podréis sacarle buen partido, ¡por fin mis inversiones allí tienen resultado! Y
es que el otro día decidí utilizarla como acompañamiento para una pizza casera,
¡buenísima! Pero a lo que voy. Cuando estaba todo preparado para dar buena
cuenta de la cena, reparé en el “bodegón
pajarero” que tenía delante de mí.
Cuando hablo de los artículos de Pájaros,
generalmente lo hago con conocimiento absoluto de causa porque incorporo todo
lo que puedo al menaje de mi casa, y más porque no me dejan (bueno, y porque
todo todo no cabe en mi mansión). Éstos son todos los amigos que participaban
del banquete: la vajilla Damasco, la vajilla Black, los vasos Bubbles y el servilletero Trama (tristemente
descatalogado por el proveedor).
Como sé que sois muy observadores y, en muchos
casos, grandes cerveceros, seguro que habéis reparado en la cerveza que nos acompañaba. Se trata de una cerveza
artesana de Aranda de Duero: Tesela.
Este verano tuve la ocasión de conocerla y visitar la fábrica de la mano de sus
creadores, y no puedo por menos que recomendárosla. Han incorporado el roble,
tan presente en el vino de la Ribera del Duero, para hacer un producto propio
de alta calidad. Aquí os dejo su web Cerveza Tesela para que si os interesa la conozcáis un poco más.
Espero poder seguir teniendo éxitos gastronómicos de
cosecha propia (aunque solo sea con el toque final) y animandoos a que si
queréis darle un toque diferente a vuestra mesa, ya sabéis donde encontrarnos.
¡Os esperamos!