Habréis visto esta silla en casi cualquier sitio:
restaurantes, hoteles, oficinas o casas particulares. Las revistas de
decoración la incluyen sistemáticamente en sus ambientes y todas las webs la
venden en infinidad de variantes. A ver si os suena:
Claro que sí. Se trata de la plastic chair, obra de la pareja formada por Charles y Ray Eames. Él arquitecto y ella artista; él poniendo
rigor estructural y ella derrochando creatividad. Una combinación perfecta, un
sincronizado trabajo en equipo que nos ha dejado no solo objetos, textiles y
hasta una vivienda, sino una valiosa lección sobre cómo la inquietud, la
intensidad y las ganas de crear se materializan y consiguen romper todas las
barreras. Que se lo digan a los que finales de los años 40 vieron como podían
fabricarse sillas moldeadas en fibra de vidrio en serie bajo el siguiente
pensamiento: ofrecer el máximo de lo
mejor para el mayor número de personas por lo mínimo. Ojalá se pensara más
con esta premisa. Por eso he elegido estas 3 instantáneas suyas: creatividad, reflexión
y complicidad.
Éstos son algunos ambientes en los que se ha
utilizado este modelo como eje central. Ya veis que no hay problema en mezclar
sus diferentes tipos, colores o materiales.
Para terminar, una imagen suya de la silla malla metálica (1951) donde se ha colado “uno de los nuestros”. ¿Lo encontráis? J
PD_Y si os los estáis preguntando, la respuesta es
sí. Yo ya he sucumbido. La roja de la primera imagen ya está en mi poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario